"Lo sentimos, entusiastas amantes del balón. México nunca va a ser campeón del mundo. El fútbol mexicano está enfermo. Tiene cáncer terminal. No se va a curar. Tiene malestares que no se parecen a los de ningún otro balompié y por ello, estamos condenados a la derrota constante.
Podríamos hacer un recuento de 100 o 200 razones, pero con 7 es suficiente por ahora.
Un bañito de realidad, hoy que estamos en medio de la peor crisis en muchos años. Y no. Esto no parte de una profunda investigación ni mucho menos.
Es un texto basado en percepciones, preocupaciones y frustraciones que como aficionados compartimos, y que posiblemente muchos de ustedes también compartan". Julian Reyes
Podríamos hacer un recuento de 100 o 200 razones, pero con 7 es suficiente por ahora.
Un bañito de realidad, hoy que estamos en medio de la peor crisis en muchos años. Y no. Esto no parte de una profunda investigación ni mucho menos.
Es un texto basado en percepciones, preocupaciones y frustraciones que como aficionados compartimos, y que posiblemente muchos de ustedes también compartan". Julian Reyes
No existen programas serios de preparación física y psicológica para futbolistas desde temprana edad.
Es más, ni siquiera existen programas de Educación Física respetables, y un porcentaje alto de las escuelas de este país ni siquiera tiene un pinche patio para hacer ejercicio.
Si a eso le sumamos cómo operan las mafias de las ligas amateurs o las fuerzas básicas, en donde el que más juega es el que más soborna al entrenador, estamos jodidos (sí, si tu papá no se lo lleva a chupar, no vas a ser titular nunca).
A los futbolistas no se les prepara como atletas. Se premia la habilidad, la velocidad o el compadrazgo, pero no se forman profesionales. En ninguna escuela, en ninguna parte, en ningún equipo. Digamos la verdad.
Es más, ni siquiera existen programas de Educación Física respetables, y un porcentaje alto de las escuelas de este país ni siquiera tiene un pinche patio para hacer ejercicio.
Si a eso le sumamos cómo operan las mafias de las ligas amateurs o las fuerzas básicas, en donde el que más juega es el que más soborna al entrenador, estamos jodidos (sí, si tu papá no se lo lleva a chupar, no vas a ser titular nunca).
A los futbolistas no se les prepara como atletas. Se premia la habilidad, la velocidad o el compadrazgo, pero no se forman profesionales. En ninguna escuela, en ninguna parte, en ningún equipo. Digamos la verdad.
6.- La mafia de los promotores
No nos hagamos. Al Tri no lo entrena ni el Chepo, ni lo entrenaba "El Ojitos", ni tampoco lo entrenará Tena, ni "Vuce".
Quienes mandan, en buena medida, son los promotores, ellos deciden, a billetazos, qué jugadores son llamados, qué jugadores TIENEN que ser titulares y qué bultos tienen que ser incluidos como parte de la cuota que hay que cubrir por tener siempre a las "estrellas" disponibles.
Quienes mandan, en buena medida, son los promotores, ellos deciden, a billetazos, qué jugadores son llamados, qué jugadores TIENEN que ser titulares y qué bultos tienen que ser incluidos como parte de la cuota que hay que cubrir por tener siempre a las "estrellas" disponibles.
5.- La mafia de los dueños
Y bueno, si los promotores tienen poder, de los dueños ni hablamos. Ellos tiene la absoluta capacidad de manejar a la Selección como su negocio personal, y desmadrarla cada cuatro años.
Nunca han construido un plan sostenible a largo plazo, nunca han incidido positivamente en las decisiones, nunca han hecho nada por el fútbol. El Tri es su changarro, su fiestita casera, su oportunidad de beneficiarse cada mes de la maquinaria sostenida por millones de aficionados inocentes.
A ellos no les importa mucho si no vamos al Mundial… al fin ellos siempre van y en primera clase.
4 La falta de competitividad de la liga
El chiste se cuenta solo, una liga mediocre, con un nivel penonsísimo.
¿Cómo podríamos tener una Selección decente con una liga tan triste?
El tema no es solamente deportivo. No existe una estructura diseñada para mejorar el espectáculo, ni un proyecto de fútbol a futuro materializado en una liga.
No hay un arbitraje respetable, y ni siquiera podríamos asegurar la transparencia de los partidos. Esta es la liga que viola estatuos clave de FIFA como la multi propiedad, o a la que se le permiten jaladas como "la raya de Comex" para marcar el tiro libre.
Esta es la liga de los extranjeros sobre valuados, la que no le da oportunidades reales de la juventud, la de los partidos de bostezo, la de los estadios vacíos que se llenan con promociones de radio. La liga se juega para los patrocinadores y las televisoras. Y nada más.
3.- La genética no nos juega a favor
Pues no. No tendremos nunca la corpulencia de los alemanes, ni la habilidad innata de los brasileños.
No tenemos la mentalidad ganadora de los americanos, ni la velocidad de los africanos.
No tenemos ninguna bondad física corriendo por nuestras venas, ni la tendremos.
Digamos que, físicamente, partimos de negativo. Falta comparar una cáscara callejera cualquiera en una secundaria con las cáscaras de las playas en Río de Janeiro. No hay mucho más que decir.
No tenemos la mentalidad ganadora de los americanos, ni la velocidad de los africanos.
No tenemos ninguna bondad física corriendo por nuestras venas, ni la tendremos.
Digamos que, físicamente, partimos de negativo. Falta comparar una cáscara callejera cualquiera en una secundaria con las cáscaras de las playas en Río de Janeiro. No hay mucho más que decir.
2.- Los jugadores exportados
A diferencia de lo que todos pensábamos, la "nueva generación" de futbolistas exportados nos está jugando en contra.
Esa camada que parecía tocada por la mano de Dios, y que ahora se cotiza en millones de dólares, no es más que un puñado de divas que se cuidan las piernas en cada partido del Tri.
El tener a tantos jugadores preocupados por sus jugosos contratos en Europa, hace que la Selección sea un peso, un trámite innecesario, una pesadilla que preferirían no tener que vivir jamás.
¿Se acuerdan de Hugo Sánchez y su pésimo desempeño en la Selección Nacional?
La razón era la misma: se cuidaba para no perderse los torneos importantes con el Real Madrid. Pero en aquellos años teníamos una diva.
Ahora tenemos 6 o 7, y el mejor de todos no se digna a venir. Al menos es honesto, supongo porque nadie tiene idea de porqué Carlos Vela no juega en la Selección.
1.- La mediocridad de la afición
Esos aficionados que celebran en el Ángel el empate con Angola, esos que se hubieran confirmado con ganarle por un "golecito" a Hounduras, esos que perdieron la memoria y ya no recuerdan que cada cuatro años, a estas alturas, estamos en las mismas (con entrenador emergente, con peligro de no pasar, con televisoras haciendo su agosto, con aficionados empeñando sus casas para ir a ver perder a la Selección en el cuarto partido).
Una afición acrítica y enajenada que compra boletos a precios irreales, que porta la playera con orgullo, con el orgullo que da tener un triunfo ahí de vez en cuando. Un triunfo que no se obtiene en el trabajo, ni en la casa, ni en las urnas.
Esa afición que le hace honores al famoso "al pueblo pan y circo". Si algún día lográramos organizarnos para vaciar los estadios, apagar la televisión y no comprar el nuevo jersey, seguramente veríamos una realidad diferente. Lástima que no nos tocará vivirlo.
Publicado por el Centro de Noticias de Radio Atlacomulco: @radioatlacomulc
Con información de 7Boom Ir a la fuente Original
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