lunes, 31 de diciembre de 2012

Una bolsa llena de perritos, no de peluche sino de piel de conejo, aclara la mujer indígena que está sentada en una de las banquetas de Ciudad Victoria, Tamaulipas. Es el único medio de sustento de María Felisa y su familia en Atlacomulco desde donde viene, porque acá en el noreste hay más oportunidad de acomodar los productos según ella, la realidad es que andan como los pastores, corriendo de acá para allá, y de allá para acá.

De la misma tierra donde nació el Presidente de la República, Felisa asegura que cuando fue gobernador del Estado de México les cumplió bien, pero no quiere confiarse, ella aunque es una mujer que apenas sabe leer como un niño de primer grado de primaria, está al tanto de las noticias, de los pasos y proyectos que da la persona en la que depositaron su confianza y le dieron el voto.

"Cuando fue candidato a gobernador Enrique Peña Nieto nos fue a pedir el apoyo, anduvimos en la Sierra haciendo campaña con él, le dimos todo el apoyo, también ahora para Presidente. Como gobernador él cumplió, pavimentó las calles y nos hizo carreteras, a ver ahora como trabaja, ya le dije a mi hijo que lo primero que no me gustó, fue el aumento de la gasolina, y él había dicho que no la aumentaría, entonces no hay que confiar, dijo que nos iba apoyar a los indígenas y pus es muy pronto, hay que darle oportunidad".

Y es que Felisa como los indígenas de su pueblo, andan con pies de plomo, la desconfianza les pisa los talones, porque ya les han mentido muchas veces, lo que quisiera es que existan tiendas de artesanías dependientes del gobierno donde ella pueda vender sus productos a un buen precio y no andar regateando por las calles de México, sentada todo el día en una banqueta, expuesta a los peligros de la Ciudad.

"Traigo productos bordados que no puedo sacar en la calle, son muy costosos, llevaba mucho bordado y pieles, cuestan mucho, aquí sólo puedo traer los perritos, estos van hechos con piel natural de conejo, no es imitación, compramos las pieles allá, ya están tratadas y luego compro los moldes de plástico, y les doy forma con la piel de conejo, hay gente dedicada a eso, a salir a cazar los conejos y vender la piel".

Influenciada por el español que ha venido escuchando por su peregrinar para sobrevivir, María ha ido perdiendo su dialecto mazahua, ya no recuerda muchas palabras, lo habla como si fuera un niño que aprende las primeras palabras:

“Poco a poco va desapareciendo, aunque todavía hay personas que lo hablan, pero cada vez menos, tenemos que salir a trabajar y hablar el español para que nos entiendan".

Lo que no pierden es la vestimenta, el vestido típico de su tierra, la falda larga, el delantal y las trenzas, María Felisa es como una imagen sacada de una película, un personaje real en el que se retrata la patria, la patria cansada, urgente de oportunidades para los más débiles, deseosos de proyectos que los conviertan en emprendedores, en dignos artesanos y no mendigos que deambulen por las calles sin esperanza. 



Publicado por el Centro de Noticias de Radio Atlacomulco: @radioatlacomulc
Con Información de: Gaceta MX, de Tamaulipas. 18/DI/12


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